Como educadores vicencianos llevamos la educación en lo
más profundo de nuestro ser.
Estamos convencidos de que Dios cuenta con nosotros
para continuar esa misión, cada cual con sus fragilidades, con sus debilidades,
pero con la alegría de saber que es su llamada la que nos habilita para tal
tarea.
Demos gracias a Dios por la misión a la que nos llama.
Sintamos su presencia en nuestra vida y descubramos qué nos pide hoy para
realizarnos plenamente como educadores.
Al orar con el salmo un año más le pedimos que nos acompañe
en este tiempo nuevo y maravilloso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario