En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de
uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir
contigo mismo por la eternidad.
Quizá el mayor desafío del ser humano en los albores
del tercer milenio sea constatar que no estamos solos, que compartimos
universo. Nos encontramos en la más preciosa aventura jamás vivida: la suerte
inmensa de reunirnos, festejar, reír y materializar, desde nuestra
individualidad, un universo de colaboración entre sus seres, quienes,
gobernados desde nuestro universo interior, vivimos el sueño de ser amor
universal.
Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de
nuestra vida, es distraerse de ella.
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se
muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?
Perdona a todos y perdónate a ti mismo, no hay
liberación más grande que el perdón; no hay nada como vivir sin enemigos. Nada
peor para la cabeza, y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el
resentimiento y la crítica (agotadora y vana tarea), que te hace juez y
cómplice de lo que te disgusta.
Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas,
el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más
ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruya hay millones de
caricias que alimenta a la vida.
No perdiste a nadie, el que murió, simplemente se nos
adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue
en tu corazón.
De mi madre aprendí que nunca es tarde, que siempre se
puede empezar de nuevo; ahora mismo le puedes decir basta a los hábitos que te
destruyen, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los
noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida
por el camino perdido.
El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al
bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que
llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.
Decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es
una adquisición.
Borra el pasado para no repetirlo, para no tratarte
como te trataron ellos; pero no los culpes, porque nadie puede enseñar lo que
no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo
que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar,
porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la
tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la
nieve del invierno y las flores de la primavera.
No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de
la tierra.
Vive de instante en instante, porque eso es la vida.
Nacemos para vivir, por eso el capital más importante
que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una
pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que
no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos.
Tienes el poder para ser libre en este mismo momento,
el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante.
¡Pero no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!
¡Pero no digas no puedo ni en broma, porque el inconsciente no tiene sentido del humor, lo tomará en serio, y te lo recordará cada vez que lo intentes!
Si estás atento al presente, el pasado no te
distraerá, entonces serás siempre nuevo.
Cuando un pueblo trabaja dios lo respeta. Pero cuando
un pueblo canta, dios lo ama.
No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces
ese pantalón y esa camisa que llevas, ya son ganancia. Cuida el presente,
porque en él vivirás el resto de tu vida.
Facundo Cabral
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