te pido que me
regales un nuevo reloj…
No, no, ni digital,
ni apilas, ni a acuerda,
quiero uno muy
especial, quiero tu reloj
Un reloj que no
marque las horas que me quedan
ni los días que
faltan para el fin de semana…
Un reloj que marque
solo y exclusivamente
segundos, instantes,
oportunidades para hacer el bien
Un reloj que separe
cuando alguien entre en apuros,
que se adelante para
ver las necesidades del otro
y que se atrase para
pedir perdón…
¿Un reloj de pulsera
o de pared? no, mucho mejor, de corazón.
Un reloj en cuyos
números aparezcan nombres:
Montse, Elena,
Fernando, Bernardo, Puri…
Nombres y más
nombres de amigos, de compañeros,
de hermanos que Tú,
Señor, cada día pones en mi camino.
Un reloj cuyas
agujas acaricien, abracen, sirvan,
ayuden, perdonen,
escuchen, compartan…
y en cuya esfera
aparezca tu rostro de Padre
Un reloj con un gran
despertador
que despierte mi
conciencia y mi indiferencia,
y que me recuerde
levantarme cuando me caiga,
y ponerme en camino
cuando me detenga
Un reloj con
cronómetro incorporado,
no para estresarme,
angustiarme o deprimirme,
sino para aprovechar
a tope cada día que Tú me regalas,
cada segundo que tu
conviertes en un nuevo reto
Señor, al comenzar
este nuevo curso
me pongo mi nuevo
reloj… ¡Tu reloj!
Bendice cada una de
las horas, minutos y segundos
que voy a pasar,
codo con codo y corazón con corazón, a tu lado.
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