jueves, 12 de septiembre de 2013

PLEGARIA AL COMENZAR DE NUEVO



Señor, al comenzar este nuevo curso
te pido que me regales un nuevo reloj…
No, no, ni digital, ni apilas, ni a acuerda,
quiero uno muy especial, quiero tu reloj

Un reloj que no marque las horas que me quedan
ni los días que faltan para el fin de semana…
Un reloj que marque solo y exclusivamente
segundos, instantes, oportunidades para hacer el bien

Un reloj que separe cuando alguien entre en apuros,
que se adelante para ver las necesidades del otro
y que se atrase para pedir perdón…
¿Un reloj de pulsera o de pared? no, mucho mejor, de corazón.

Un reloj en cuyos números aparezcan nombres:
Montse, Elena, Fernando, Bernardo, Puri…
Nombres y más nombres de amigos, de compañeros,
de hermanos que Tú, Señor, cada día pones en mi camino.

Un reloj cuyas agujas acaricien, abracen, sirvan,
ayuden, perdonen, escuchen, compartan…
y en cuya esfera aparezca tu rostro de Padre
y de amigo y de compañero de clase, de juegos…

Un reloj con un gran despertador
que despierte mi conciencia y mi indiferencia,
y que me recuerde levantarme cuando me caiga,
y ponerme en camino cuando me detenga

Un reloj con cronómetro incorporado,
no para estresarme, angustiarme o deprimirme,
sino para aprovechar a tope cada día que Tú me regalas,
cada segundo que tu conviertes en un nuevo reto

Señor, al comenzar este nuevo curso
me pongo mi nuevo reloj… ¡Tu reloj!
Bendice cada una de las horas, minutos y segundos
que voy a pasar, codo con codo y corazón con corazón, a tu lado.


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