Ya pasó una semana, en este camino de preparación para recibir a Jesús… ¿Hemos cumplido los propósitos que nos marcamos a lo largo de estos días?
Hoy comenzamos la segunda semana de Adviento…
¡YA ESTAMOS DESPIERTOS!
Ahora nos toca
Esta vela nos lanza a ponernos en camino, como Juan el Bautista, limpiando y arreglando tantos obstáculos e impedimentos que nos imposibilitan la llegada a Belén.
¡Adelante! Adelante con sueños, dificultades, promesas, deseos, retos… Adelante en el camino hacia Belén. Que nadie nos pare. Preparémonos por las sendas de la oración y de la entrega.
EVANGELIO: LUCAS 3, 1-6
En el año quince del reinado del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide, y Lisanio virrey de Abilene, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás, vino la Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del Profeta Isaías.
- Una voz grita en el desierto: preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios.
Es fundamental que apliquemos estas palabras que dijo el profeta Isaías:
- Preparar del camino al señor:
¿Cómo?
Preparando nuestro corazón, para que Jesús, pueda entrar en él. Siendo buenas personas, sobre todo con aquellas que más nos necesitan.
- Allanad sus senderos:
¿Cómo?
Muchas veces nos encontramos con piedras en el camino, que nos impiden caminar: envidias, traiciones, injusticias, rencores, soberbias, mentiras… por lo que es necesario, que quitemos estas piedras del camino, ya que por aquí no puede pasar Jesús.
- Elévense los valles y desciendas los montes y as colinas:
¿Cómo?
Hemos de convencernos que a veces nos equivocamos, despreciando al más débil e ignorando a los más pobres y que nuestros caminos no van a ninguna parte, tenemos que mirar hacia Dios, para que Él nos oriente y nos lleve por el buen camino.
- Que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale:
¿Cómo?
Tenemos que intentar enderezar todas las cosas que no hacemos bien, y pedir ayuda al Señor, si fuera necesario, ya siempre va a estar dispuesto a ayudarnos.
Si todo esto que dice el profeta Isaías, lo llevamos a cabo, sí que Jesús nacerá dentro de nuestros corazones.
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